«El libro destaca sobremanera cuando analiza el papel de Catalina como coleccionista y mecenas, gracias, en parte, a los productos que llegaban al puerto de Lisboa provenientes de todos los lugares de su imperio colonial. Conellos la reina pudo mantener a lo largo de su vida un intercambio permanente con otros miembros de la Casa de Austria y un importante coleccionismo de piezas y regalos preciosos: animales salvajes y exóticos, especias, plantas, drogas, muebles, tapices, etc., y que servía a Juan y a Catalina para recalcar su papel como
Dominus mundi.»
Félix Labrador Arroyo, Libros de la corte, otoño-invierno 2012